El mundo taurino aragonés está de luto, uno de los
ganaderos más jóvenes de nuestra comunidad fallecía este miércoles 11 de
Septiembre.
Posiblemente un ganadero que tenía un gran futuro en
el campo bravo de Aragón, por su juventud, por su afición, su manera de hacer
las cosas, su dedicación y pasión por las vacas.
Adrián Oliva Escudero, cabeza visible de la
ganadería HERMANOS OLIVA ESCUDERO de Quinto.
Tras una repentina enfermedad nos deja una gran huella entre muchos taurinos y no
taurinos.
Enlace a un reportaje de AragonTaurino.net sobre la ganadería:
http://aragontaurino.net/campo-bravo/hermanos-oliva-escudero/
La gente que conocía a Adrián no necesita de mis
palabras para saber cómo era este joven ganadero. No puedo decir que fuera su
mejor amigo, ni la persona que más le conocía. Pero si puedo decir que es una
de las mejores personas que he conocido gracias al mundo del toro.
Tuve la suerte de conocerlo hace tres años de
casualidad, al final en el mundo del toro aragonés nos acabamos conociendo
todos.
Crucé mi camino con su ganadería, un día de campo
por Quinto.
Desde el primer momento te dejaba claro que su vida
era el ganado, el campo. Ese entusiasmo con el que hablaba del toro dejaba
claro desde el principio que su vida giraba en torno a su ganadería.
Muchas son las tardes que he compartido con Adrián y
su gente en el campo. Un gran respeto mutuo que se fue convirtiendo en una
amistad. Desde el primer momento ambos nos sentimos a gusto. Con Adrián era muy
sencillo sentirse bien.
Muchas anécdotas en la finca “El Saso”, recuerdo siempre con
una sonrisa la historia de “Ratón”.
No el famoso toro “Ratón”, sino un becerro que tuve
la suerte de torear en su casa. Un becerro lucero, que por su color le daba un
aire al famoso “Ratón” y fue el nombre con el que se quedó.
Me comento antes de echarlo Adrián, este es de una
vaca forastera, no va a servir y aunque sirva no lo voy a dejar.
“Va el becerro!!”… desde que pisó la plaza todo lo
que hizo el animal fue bueno, bravo desde el capote hasta el último muletazo.
Durante la faena de muleta le decía yo que este lo tenía que dejar, se estaba
ganando un puesto en la ganadería.
No había
manera de hacerlo entrar en razón, no le gustaba el becerro. Finalmente lo dejó
para probarlo en alguna capea.
Cada vez que me veía, lo primero que comentábamos era
que “Ratón” no funcionaba en las capeas, “ya te decía yo que no iba a servir
para lo mío” y yo le contestaba “le tienes manía, con lo que me enseño a mí”.
Todavía está “Ratón” por "El Saso", seguro
que “Ratón” y el resto del ganado ya están echando de menos a Adrián.
Mucha gente va a sentir la falta de Adrián, un
chaval bonachón, campechano, de Quinto, un ganadero que vivía por y para sus
vacas.
Adrián se merece que nos quedemos con todo lo
positivo que nos aportó, pensar que desde pequeño tuvo el sueño de ser ganadero
y lo consiguió.
Todos los taurinos le respetaron. Y lo que es más difícil
en este mundo del toro es que toda la gente hablaba bien de este joven
ganadero.
Muchos estaréis pensando lo de líbrate del día de
las alabanzas, en ningún momento lo he pretendido. Solo dar un pequeño homenaje
a un taurino, a un ganadero que se ganó el respeto de todo el que se cruzó en su camino.
Desde aquí proponer a ganaderos, profesionales y
taurinos de Aragón la idea de algún tipo de homenaje para alguien que dejo
huella en el toro aragonés.
Descansa en Paz amigo.