El Burgo de Ebro, 25 de enero de 2012
En los tiempos que corren hablar de Duque, nos trae un sabor un tanto amargo. Este Duque no es de Palma ni de familia real. Pero nos va a dejar mucho mejor sabor. Ayer lo conocí mas.
“Ilusiones” nos depara una buena tarde, con buenos taurinos y amigos, de la que tengo la suerte de formar parte. El Sr. Gallego ganadero, buen amigo y mejor persona como en otras ocasiones me da la oportunidad de sentirme parte del mundo del toro.
La meteorología se pone de nuestro lado y nos deja una tarde perfecta para las faenas del toro en el campo.
Cuatro y media de la tarde, puerta¡¡
Sale el burraco, bonito, bajo y agradable a la vista.
Miguel Duque necesita quemar ese veneno que los profesionales llevan dentro y no por dejar los ruedos desaparece. Todo muy suave y despacio, con una sensación de que donde esta y como esta se siente a gusto.
Novillo con buenas ideas, tal vez justo de fuerza y fijeza durante su lidia. Exige tragarle las primeras miradas para que no se descomponga. Noble y bueno por el izquierdo. Todo lo que se le haga debe ser despacio, acariciando. Duque tira de horas de vuelo acumuladas y lo entiende, aunque se este un poco agarrotado por la falta de costumbre. Con todo, nos brinda momentos de gusto y largura.
Sabor dulce, tanto por su tauromaquia como por su conversación, me deja este Duque.
Meritorio Aznar a la tapia. Catorce años, queda mucho camino. Esa izquierda tiene algo por lo que trabajar. Vino joven por madurar el que traen de Borja.
Finalizo diciéndole a mi torero algo que tal vez quiera recordar, la presión es la que convierte el carbón en diamante. Esa presión te hará mas grande, sabiéndola gestionar.
Solo puedo dar las gracias de este día de campo a todos los que disfrutamos de la buena tarde. Afortunado por otra lección más para seguir aprendiendo.
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