domingo, 5 de febrero de 2012

DEL FRIO AL ARTE...


INVIERNO 2011

27 de febrero de 2011

Ya hace casi un año, por la N-II dirección a la capital, vamos a ver la última corrida de Vistalegre. Con la señora y la compañía de mi compadre Loren García. No sabíamos la gran tarde de toros que íbamos a ver.

Llegamos a Carabanchel, gran ambiente taurino. Gran día de Febrero, tapeo al sol en uno de los bares taurinos junto a la plaza.

Tuvimos la suerte de compartir charla con un gran aficionado aragonés, el Sr. Mariano Colás. Como cada vez que me junté con él, una lección en tauromaquia por dentro y por fuera.

La entrada al pabellón de Vistalegre, la verdad que me dejó bastante frío, en ningún momento una plaza así puede tener el encanto y misterio que merece todo coliseo en el que se celebran festejos taurinos. Subir escaleras mecánicas para llegar al tendido es muy cómodo pero muy poco taurino. Asientos abatibles de plástico, hamburgueserías por los pasillos, la verdad que su nombre de Palacio Multiusos le viene al pelo.

Todo ese frío ambiental, pasa en cuanto sale el toro y uno se centra en la faena.

Este día, por fin iba a tener la suerte de disfrutar de un genio como Don José Antonio Morante.


Como aficionado es un día en el que me emocione viendo torear, como nunca antes me había pasado.

Está claro que me centraré en el quinto toro de la corrida. Un Cuvillo de plaza de segunda pero que es el compañero de baile perfecto ese día para el de La Puebla.

Porque así es como hay que tratar esta faena como un baile de salón cuasi-perfecto, con los pasos de baile precisos para componer una gran coreografía. Coreografía de arte, de sentimiento y de regusto. Emocionado en mi localidad pude vivir en primera persona una manera de torear solo accesible a los tocados por la varita mágica del arte. Unas composiciones de la figura perfectas. El torero consigue por momentos una fusión perfecta con un animal salvaje.

Muletazos por alto con pellizco, farol ligado a un pase de pecho acariciando el lomo, que hacen presagiar que lo que vamos a ver es inspiración. Tandas de éxtasis con ambas manos, la impresión de que Morante tiene el cuerpo y la figura perfecta para realizar el toreo. No solo es una barbilla clavada en el pecho, es una composición artística.

Ese día Don José Antonio estuvo tocado por las musas del toreo antiguo. Alguien dirá que falta profundidad en los muletazos, por favor esa profundidad esta en el interior del maestro, esta toreando con el alma, sin cuerpo, como afirmó Belmonte.

Los tendidos arden, palmas por bulerías y llega el culmen con un final de faena soñado, los aficionados gritamos de dolor y pasión ante tal derroche de torería, desplantes y finales por bajo que no tienen narración posible. Es un momento para vivir, para disfrutar.

Mucha gente comento que esa faena fue un homenaje al maestro recién fallecido Pepín Martín Vázquez, no creo que el maestro hubiera soñado un homenaje así. Seguro que disfruto.

Todo el resto de la corrida fue suplemento de la obra de arte realizada por Morante. Puerta grande para empezar la pasada temporada y aficionados saliendo de la plaza toreando, con una cara de felicidad indescriptible.

Atasco para salir de Madrid y N-II por delante, se hace corta la vuelta para comentar la obra de arte.

Seguro que el maestro Colás apuntó en su libreta, notas dignas de esa gran faena, y allá donde esté disfrutará recordando la faena.

Tuve la suerte de estar ese día en Vistalegre, pase del frío al arte en una faena. Un momento taurino que aun con todo lo escrito, no se puede explicar sin verlo. Cada aficionado tendrá su propia visión. Os dejo un vídeo que a fecha de hoy me sigue emocionando. Mucho habéis visto este vídeo pero por favor si podéis subir el volumen e intentar disfrutarlo al máximo otra vez.


Quien diga que esto no es arte, es alguien que no tiene sensibilidad…

Vídeo realizado por Tendido Cero (TVE).
Fotografía Javier Arroyo.

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